¿Cómo se define el tipo de embalaje ideal para cada producto?

Qué aspectos hay que tener en cuenta?


Lo primero a tener en cuenta es si el producto que vamos a transportar nos ayuda a ser transportado o no. En este sentido, debemos diferenciar entre:

Productos portantes (que soportan su propio peso entre sí): es el caso de botellas, latas, tubos, etc. En estos casos, la calidad del cartón podrá ser mínima.
Productos no portantes (que no soportan su propio peso entre sí): es el caso de bollería, catering, pasteles…
Productos con un porcentaje de portabilidad: tetrabriks y otros paquetes.

Una vez sabemos si el producto que vamos a transportar nos va a ayudar en la tarea, tenemos que definir la calidad del cartón. Para ello, utilizamos unas ecuaciones que tienen en cuenta los siguientes aspectos:

  • El peso del producto
  • Si los productos se apilan o no (y cuántos)
  • Si se remontan palets
  • Cuánto tiempo va estar almacenando la carga
  • Humedad y temperatura a la que estará expuesto el paquete

  • El tercer aspecto a tener en cuenta es la trazabilidad del paquete. La trazabilidad tiene en cuenta si el paquete va a ser transportado de manera paletizada o si el transporte va a ser manual, ya que no es lo mismo a efectos de soporte de carga.
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¿Y luego qué?

Una vez obtenemos todos estos datos, hacemos el cálculo y obtenemos una cifra en kg. Esos kg son los que la caja deberá aguantar sin romperse. Y es a partir de esa cifra que tenemos que escoger la calidad del cartón ideal para ese embalaje en concreto.

Todas las empresas de embalaje tienen un listado de calidades, cuya resistencia está establecida y controlada mediante pruebas y test de compresión denominadas Box Compression Test (BCT). Estas pruebas determinan la calidad que, junto con el coeficiente de seguridad, habrá que otorgar al proyecto/caja que se propone.

Una vez llegados al punto de saber qué calidad es la ideal para nuestra caja en la teoría, habrá que pasar a la práctica. Esto lo hacemos mediante la realización de unas pruebas iniciales que, a través de un análisis visual, nos confirman que la elección del cartón ha sido la adecuada.

Y a partir de aquí es cuando se fabrica en firme una propuesta de embalaje concreta para cada tipo de cliente.